Del Tadaima al Okaeri


Durante años y años estuve nefastamente descomponiendo las desventajas de abrir un blog, sin embargo me vi en la penosa (y dudosa) necesidad de abrir uno... acción que me parece un atrevimiento pues desconozco realmente las razones que me han traido a comenzar con esta etapa de mi vida: ¿exigir mi derecho a la libertad de excreción? (¿o mejor conocido como expresión en libertad debido a que los moralistas reprimieron por tantos siglos este derecho humano que tuvo que tener un nombre para ser reconocido a simple vista?)

En la cultura japonesa es tan simpático ver miles y miles de simbolitos que no tienen ni pies ni panza para nosotros; de igual manera vemos palabras tan grandes (característica compartida con el alemán y el islandés) que pueden expresar una simple idea. Pero ahí es donde está el misterio. Estas palabras son grandes al igual que su (aparente) significación. Es el japonés de quién me referiré en las siguientes líneas (debido a mi furtiva ignoracia de las otras dos lenguas).
Al ver nosotros semejantes palabras por demás extensas y con una pronunciación que denota un reto, semejante a un trabalenguas, creemos que tienen una connotación por demás importante. Cual viene siendo nuestra decepción al conocer su equivalencia en español, siendo el caso de "Tadaima", "soy yo". Pero todo es una cuestión meramente cultural, y debemos aprender a mantener una mente abierta ante cualquier situación (y no sólo ante las cuestiones lingüísticas). Y es así como encontraremos la trascendencia de las palabras, comprendiendo que dicha extensión de una palabra, como en el japonés, en verdad tiene una connotación ciertamente sustancial. "Tadaima" es un verbo que independientemente de afirmar tu presencia en un lugar, reitera esa presencia como una acción trascendental, y no únicamente a la acción, sino también al sujeto y al lugar: Soy yo, he llegado a casa, mi espíritu se encuentra próspero de regresar a su hogar, rebosante de bienestar. Y es ahí donde viene otra simpática palabra que compensa con el mismo peso a la primera: "Okaeri", que no es simplemente un "bienvenido", sino también un equilibrio emocional entre la emotividad del primer sujeto y las demás entidades que comparten la acción de éste.

Y es así como me digo a mi mismo este par de palabras, haciéndo énfasis en mi inusitada llegada y dándome una especial bienvenida a este lugar, donde espero compartir todas las ideas que puedan surgir de esta cabeza (no deliberadamente) enajenada por la sociedad y el mundo que la rodea. De igual manera quiero compartir estas dos palabras con todas aquellas personas que ingresen a este mundo, y que al mismo tiempo me ofrezcan la llave para ingresar a los suyos, creando un vals armonioso de Tadaimas y de Okaeris, y donde nuestras mentes confabulen en conjunto para hilar tantas ideas que nos ayuden a construir un mundo ex profeso para nosotros mismos.

Arigatou Gozaimashita!
5 Responses
  1. Unknown Says:

    Bueno, pues no me queda más que darte el Okaeri a esta tu nueva etapa como tú lo dices. Ojalá podamos leerte seguido y veamos con qué nuevas ideas surges. Suerte y como buen blogger, ¡a escribir!


  2. Sara Says:

    orale Kaworutati ja "okaeri" pues. no manches tú y tus enredos en la escritura, mi buen poeta y escritor, suerte pues, qué bienvenida!, tan original. Feliz arranque.


  3. KaWoRuTaTy Says:

    Gracias Grekh y Sarola!!! Siiii ahora ya con tiempo de sobra (según) sin trabajos por entregar!!! Espero saber mucho de ustedes!!!! al leerlos!!

    Arigatou


  4. Revis Says:

    Pues muchas gracias por la bienvenida y el permiso de entrar a tu mente. Escribir es un proceso de expiacion sin duda. Por aqui nos veremos seguidin...


  5. Btovsky Says:

    También estudiaste Lenguas Modernas?? Bueno, yo estudio Letras, pero veo que varios del Blog Sin Nombre estudiaron eso.

    Me alegra que se comprenda la trascendencia del lenguaje más allá del acto comunicativo, sino como medio real de significación de un concepto cultural cualquiera. Los griegos también daban especial importancia a las palabras, cuyos conceptos eran primeramente profundos y después se relacionaban con el medio inmediato en el cual se expresaban. Claro que el japonés es un poco más interesante en cuanto a su sistema gráfico, ya que representa igualmente esos conceptos y no palabras fonéticamente construidas, aunque, como vemos, el alfabeto griego también ha trascendido como parte de la cultura e incluso de la mitología de todo el hemosferio occidental...


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